-Título original: El Aleph
–Autor: Jorge Luis Borges
–Páginas: 212
Decir que Borges es un maestro de la literatura hispanoamericana es ser redundante. Escribiendo la mayoría sus relatos bajo un pretexto de erudito (bien sea citando al principio del cuento un fragmento que divaga sobre tal o cual obra, sobre tal o cual escritor; bien sea citando fuentes que otorgan solidez y verosimilitud a la atmósfera de lo fantástico que se propone enunciar), en pocas páginas muestra la maestría de su pluma, cómo sabe usar la palabra para su propósito, cómo sabe jugar con la palabra escrita. Simplemente desde el punto de vista formal, leer a Borges es exquisito.
En este volumen se reúnen cuentos cuyo hilo conductor es la inmortalidad, la disolución de nacimiento y muerte, principio y final fusionándose; el tiempo y la identidad. Obviamente, tal afirmación no es más que una generalización poco justa del libro, pero disertar sobre cada cuento haría la reseña demasiado extensa.
Borges no posee una voz ni una prosa simples, pero sí deliciosas. Sabe sacarle el máximo provecho a la lengua que utiliza y sabe hacer gala de sus conocimientos durante el devenir de sus tramas.
Sin duda, me parece un libro altamente recomendable.