El Lugar Seguro

Incluso la psicología habla de lo beneficioso que es crear en tu mente un “lugar seguro”, un lugar mental al que volver cuando la realidad te sobrepasa; un sitio con el que soñar, en el que refugiarte para respirar un poco, recuperar fuerzas y tomar carrerilla antes de seguir adelante. No importa lo que sea: un recuerdo que te traiga felicidad, un olor que te lleve a tiempos mejores o un lugar especial. Continuar leyendo «El Lugar Seguro»

Propósitos lectores de 2020 – Clásicos

¡Feliz año nuevo a todos!

No soy una persona de las que suelen establecerse muchos propósitos lectores para el año nuevo, en gran parte porque soy el típico lector que lee lo que le apetece en el momento en el que elige el libro en vez de estructurarse las lecturas a partir de x premisas. Así pues, al moverme por impulsos y al dejarme llevar por lo que me apetece en el momento de elegir lectura, se me hace enormemente complicado marcarme qué voy a leer el año que entra, así como apuntarme a retos literarios. Continuar leyendo «Propósitos lectores de 2020 – Clásicos»

Au revoir, 2019

Se acaba 2019 y, con él, pasa ya otra década del siglo XXI y de este milenio en el que nos encontramos. Y, si cada fin de año caemos en la tentación, con el fin de tantas cosas es inevitable hacer balance. Y es curioso: la medida de tiempo que utilizamos es tan arbitraria, la división del continuo temporal resulta tan artificial y caprichosa, que resulta cuanto menos extraño esta sensación de final de ciclo que todos sentimos cada fin de año. Para la sociedad occidental, nos encontramos en 2019 d.C., para los musulmanes nos encontramos en el 1440, para el calendario hebreo, estamos en el año 5780; para los chinos estamos en 4716 y según los japoneses, en el año 31 de la era Heisei. Sin embargo, lo llamemos como lo llamemos y lo midamos como lo midamos, el Tiempo es el mismo para todos. Continuar leyendo «Au revoir, 2019»

La cuestión Saramago

Hasta que llegó a mí por primera vez un libro de Saramago no había leído a ningún autor que decidiera no respetar las normas gramaticales y, la verdad, no fui capaz de acabar el libro que estaba leyendo: “Ensayo sobre la ceguera”. Ni fui capaz de acabarlo entonces ni lo he retomado nunca. De hecho, de Saramago sólo he leído entero “Las intermitencias de la Muerte” y “Caín”. El primero me pareció genial y el segundo, horrible. Independientemente de que la obra me gustara o no, lo que no fui capaz de superar fue la barrera que crea entre emisor y receptor la decisión de ignorar completa y deliberadamente el esqueleto mismo que forma nuestro código de comunicación. Continuar leyendo «La cuestión Saramago»